La leyenda más conocida afirma que San Andrés, uno de los apóstoles de Jesucristo, llegó a la costa gallega en una barca de piedra. Según el mito, su misión no tuvo mucho éxito y se sintió abandonado. Entonces, Dios le prometió que, aunque no tuviera muchos seguidores en vida, todos los gallegos tendrían que peregrinar a su santuario al menos una vez en la vida. Si no lo hacen en vida, lo harán después de la muerte, convertidos en almas errantes o incluso en animales como serpientes, lagartos o mariposas.

Esta tradición de peregrinar a San Andrés de Teixido, ya sea en vida o después de la muerte, es un ejemplo de la rica mezcla de espiritualidad, mitología y cultura que caracteriza a Galicia. Representa la profunda conexión de los gallegos con sus creencias y su tierra, así como el poder perdurable de las leyendas en la vida cotidiana.

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